«En el ojo de mi mente, visualizo un detalle. La vista y la sensación aparecerán en una impresión. Si me excita, hay una buena ocasión que hará una buena fotografía. Es un sentido intuitivo, una capacidad que viene de mucha práctica.»
Ansel Adams
«Los soles de la lluvia
de tus cielos nubladospara mi tienen
hechizos tan misteriosos
como tus ojos traidores
al brillar entre lagrimas
Allí solo hay orden y belleza,
lujo, tranquilidad, deleite»
Las flores del mal- Baudelaire
Tus trenzas duras perfuman
desiertos y bosques:
Tu cabeza parece guardar
enigmas y secretos.
En tu cuerpo el perfume vibra
como en torno a un incensario:
idéntica a la noche, hechizas.
¡oh ninfa tenebrosa y ardiente!
«Canción de la tarde» Las Flores del Mal. Baudelaire
Con mi agradecimiento especial a todas aquellas personas que confian en mi trabajo.
Mi dedicatoria a mi mujer, sin cuyo apoyo y animo todo sería mucho mas dificil…
Un recuerdo especial a mi padre de quien tome prestada su pasión por la fotografía…
¡Cuán feliz quien con alas vigorosas
puede irse a otras zonas, luminosas y serenas,
mas allá de los pesares y de los graves disgustos
que con su peso entorpecen la incierta existencia!
¡Feliz quien cuyas ideas, igual que alondras,
librementre hacia el cielo suben, en las amanecidas!
¡Feliz quien vuela sobre el mundo y sin esfuerzo comprende
el lenguaje de las flores y el silencio de las cosas…!
«Las Flores del Mal», Baudelaire
«A un retrato»
Este que ves, engaño colorido,
que, del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;
éste, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
Sor Juana Ines de la Cruz
A menudo…y por divertirse, los marineros
cazan albatros, grandes pájaros de los mares,
que como indolentes compañeros de viaje acompañan
al barco que navega por crueles abismos.
Esos reyes del azur, torpes y vergonzosos,
en cuanto los arrojan sobre cubierta
lastimosamente muestran sus alas blancas
cual remos abandonados.
¡Ay, viajero alado, cuan desmañado y apático!
Otrora tan hermoso, ¡cuán risible y feo ahora!
Un marinero, con su pipa, el pico le quema,
y otro imita, renqueando, a un invalido volador.
El poeta es como ese principe de las nubes
que frecuenta tormentas y se burla de las flechas;
exiliado en la tierra y en medio de las mofas,
sus alas de gigante le impiden caminar.
El Albatros. «Las Flores del Mal», Charles Baudelaire
¿Que importa que del cielo o del infierno vengas,
oh, Belleza, ¡monstruo enorme, ingenuo, espantoso!,
si tu mirada, tu sonrisa, tus ojos, me abren la puerta
del Infinito que amo y me es desconocido?
«Himno a la belleza». Las Flores del Mal, Baudelaire